¡Buenas!
Heme aquí, regresando a este rinconcito mío de la red luego de otro año largo de inactividad. Pareciera que se ha convertido en una costumbre eso de volver después de mucho tiempo, escribir una entrada y luego perderme de nuevo en la marejada de la vida normal.
En el último año que ha pasado (bueno, ha sido más de un año pero no me voy a enredar con sutilezas) me regresé, tal y como había planeado, a Colombia, y ya llevo un buen tiempo viviendo en la casa donde crecí y he pasado la mayor parte de mi vida. Esto no indica que me haya olvidado de Berlín por completo, para nada, hay muchos momentos en los que extraño muchísimo a esa maravillosa ciudad (como por ejemplo cuando pienso en el transporte público, ¡qué falta que me hace!) y también hecho de menos a varias personas que allí viven.
A pesar de esa pequeña (y constante) fractura de mi ser (porque sí, como dicen por ahí, luego de habitar en lugares diferentes ya no puedes volver a ser la misma persona, un pedazo de tí se ha quedado en otra parte) me siento mucho mejor. Sí, tengo el alma partida en al menos tres partes, pero bueno, he ganado muchas cosas de esa forma.
Eso sí, a ratos tengo mis momentos donde me da eso que imagino se parece a la crisis de los 30, esa sensación de que no he hecho nada productivo con mi vida cuando, por ejemplo, mi hermana ya tiene su pregrado, postgrado, máster y doctorado y tras del hecho tiene un buen trabajo. O cuando veo a la gran mayoría de mis amigos también ya con título y trabajando. Y yo, ando en mi eterno desorden de siempre. Una parte de mí empieza a preocuparse porque ya estoy llegando a los 30, y de ahí en adelante es más difícil conseguir un puesto de trabajo, y nada que tengo un título reconocido aquí... todo eso me angustia un poco a ratos, para qué negarlo. Otras cosas, como ver a muchas de mis amigas casadas y con hijos no me afectan tanto, me alegro por ellas, pero no me quitan el sueño ni me angustian, que ya llegará el tiempo adecuado para eso.
Mi vida sentimental se encuentra estable. Estuve un tiempo sola, luego tuve un noviazgo corto a principios del año pasado (no pensé que las cosas se fueran a desarrollar como fueron, pero me sentí por primera vez en mi vida al lado de alguien algo intenso para mi gusto, y con algunas ideas que simplemente me dejaban fría) estuve luego sola por unos meses y luego resulté en otra relación... que es en la que me encuentro ahora. Me siento muy contenta así. Claro que hay momentos en los que nos enojamos, otros en los que es duro no poder vernos (ya que por ahora no estamos viviendo en la misma ciudad) y que a veces los momentos que pasamos juntos se pasan tan rápido que no pareciera justo que tengamos tan poco tiempo... pero por ahora así son las cosas. Y no se puede cambiar.
Estoy estudiando... de nuevo. Es curioso darme cuenta de lo mucho que me gusta hacerlo. Tal vez sea que todavía no me veo trabajando en algún lugar... o tal vez es que no me veo trabajando en lo que he estudiado hasta ahora. No es porque haya estudiado cosas que no me gustan, al contrario, en Berlín me di gusto estudiando una carrera que siempre me ha interesado, aunque no le veo mucha salida práctica aquí en Colombia. Ahora estoy en el Sena, en gestión bibliotecaria. Me siento curiosa, especialmente porque tengo que usar uniforme (y sudadera, porque hay clase de deporte y toca... como si fuese el colegio de nuevo) y al mismo tiempo me alegra mucho lo de usar uniforme, me ahorra la eterna pregunta mañanera de qué voy a ponerme. Tengo que usar tacones, y subir ocho pisos todos los días... tengo la impresión de que con eso algo de físico voy a sacar... o al menos unas buenas piernas, jajajaja.
Mi familia se encuentra bien. Mi hermana anda juiciosa como siempre, trabajando, ha conseguido un empleo en la Javeriana y está muy contenta con su puesto, además de que ha encontrado a alguien que la quiera, lo cual también me alegra mucho. Mis gatos siguen siendo lindos, y ahora son tres, el año pasado recogimos un gato de la calle y terminamos adoptándolo, es una bola de pelo preciosa y el gato más tranquilo que he tenido en mucho tiempo.
Y ya, creo que ese es un buen resumen de cómo va mi vida por ahora... a ver si, esta vez, logro actualizar de nuevo con algo más de regularidad.
Heme aquí, regresando a este rinconcito mío de la red luego de otro año largo de inactividad. Pareciera que se ha convertido en una costumbre eso de volver después de mucho tiempo, escribir una entrada y luego perderme de nuevo en la marejada de la vida normal.
En el último año que ha pasado (bueno, ha sido más de un año pero no me voy a enredar con sutilezas) me regresé, tal y como había planeado, a Colombia, y ya llevo un buen tiempo viviendo en la casa donde crecí y he pasado la mayor parte de mi vida. Esto no indica que me haya olvidado de Berlín por completo, para nada, hay muchos momentos en los que extraño muchísimo a esa maravillosa ciudad (como por ejemplo cuando pienso en el transporte público, ¡qué falta que me hace!) y también hecho de menos a varias personas que allí viven.
A pesar de esa pequeña (y constante) fractura de mi ser (porque sí, como dicen por ahí, luego de habitar en lugares diferentes ya no puedes volver a ser la misma persona, un pedazo de tí se ha quedado en otra parte) me siento mucho mejor. Sí, tengo el alma partida en al menos tres partes, pero bueno, he ganado muchas cosas de esa forma.
Eso sí, a ratos tengo mis momentos donde me da eso que imagino se parece a la crisis de los 30, esa sensación de que no he hecho nada productivo con mi vida cuando, por ejemplo, mi hermana ya tiene su pregrado, postgrado, máster y doctorado y tras del hecho tiene un buen trabajo. O cuando veo a la gran mayoría de mis amigos también ya con título y trabajando. Y yo, ando en mi eterno desorden de siempre. Una parte de mí empieza a preocuparse porque ya estoy llegando a los 30, y de ahí en adelante es más difícil conseguir un puesto de trabajo, y nada que tengo un título reconocido aquí... todo eso me angustia un poco a ratos, para qué negarlo. Otras cosas, como ver a muchas de mis amigas casadas y con hijos no me afectan tanto, me alegro por ellas, pero no me quitan el sueño ni me angustian, que ya llegará el tiempo adecuado para eso.
Mi vida sentimental se encuentra estable. Estuve un tiempo sola, luego tuve un noviazgo corto a principios del año pasado (no pensé que las cosas se fueran a desarrollar como fueron, pero me sentí por primera vez en mi vida al lado de alguien algo intenso para mi gusto, y con algunas ideas que simplemente me dejaban fría) estuve luego sola por unos meses y luego resulté en otra relación... que es en la que me encuentro ahora. Me siento muy contenta así. Claro que hay momentos en los que nos enojamos, otros en los que es duro no poder vernos (ya que por ahora no estamos viviendo en la misma ciudad) y que a veces los momentos que pasamos juntos se pasan tan rápido que no pareciera justo que tengamos tan poco tiempo... pero por ahora así son las cosas. Y no se puede cambiar.
Estoy estudiando... de nuevo. Es curioso darme cuenta de lo mucho que me gusta hacerlo. Tal vez sea que todavía no me veo trabajando en algún lugar... o tal vez es que no me veo trabajando en lo que he estudiado hasta ahora. No es porque haya estudiado cosas que no me gustan, al contrario, en Berlín me di gusto estudiando una carrera que siempre me ha interesado, aunque no le veo mucha salida práctica aquí en Colombia. Ahora estoy en el Sena, en gestión bibliotecaria. Me siento curiosa, especialmente porque tengo que usar uniforme (y sudadera, porque hay clase de deporte y toca... como si fuese el colegio de nuevo) y al mismo tiempo me alegra mucho lo de usar uniforme, me ahorra la eterna pregunta mañanera de qué voy a ponerme. Tengo que usar tacones, y subir ocho pisos todos los días... tengo la impresión de que con eso algo de físico voy a sacar... o al menos unas buenas piernas, jajajaja.
Mi familia se encuentra bien. Mi hermana anda juiciosa como siempre, trabajando, ha conseguido un empleo en la Javeriana y está muy contenta con su puesto, además de que ha encontrado a alguien que la quiera, lo cual también me alegra mucho. Mis gatos siguen siendo lindos, y ahora son tres, el año pasado recogimos un gato de la calle y terminamos adoptándolo, es una bola de pelo preciosa y el gato más tranquilo que he tenido en mucho tiempo.
Y ya, creo que ese es un buen resumen de cómo va mi vida por ahora... a ver si, esta vez, logro actualizar de nuevo con algo más de regularidad.